Como parte de la ola de violencia que desde hace tres años viene ocurriendo en el estado de Quintana Roo, este lunes hasta las 21:00 horas, el saldo en el municipio de Benito Juárez era de cuatro personas fallecidas y una más lesionada por disparos. El primer caso se descubrió alrededor de las 7:00 horas, cuando empleados de Fonatur ingresaron a los baños que se ubican en la entra de la Zona Hotelera de Cancún, para realizar las labores de limpieza. Uno de los trabajadores, al ingresar al baño de hombres, se topó con un cuerpo tirado en el piso; aunque no fue confirmado por la Fiscalía General del Estado si se trató de un hecho violento, solo se sabe que la víctima era del sexo masculino entre 50 a 60 años de edad, y corrió la versión que posiblemente haya sido la causa un infarto. Escasos 30 minutos después, se volvió a activar la alarma entre las corporaciones policiacas; ahora el lugar era una brecha de terracería aledaña a la avenida Huayacán a la altura de la Supermanzana 308. Ahí, se encontró el cuerpo sin vida de una mujer quien estaba semidesnuda y con huellas de violencia. Posteriormente, apareció un tercer cuerpo sin vida, ahora en el fraccionamiento Corales, en la Región 77; la víctima presentaba un estado de descomposición. De los tres casos, la Fiscalía no emitió algún comunicado y en la mayoría de los hechos violentos omite este tipo de información. Para cerrar este lunes, ya por la noche dos sujetos que se desplazaban a bordo de una motocicleta, se pararon frente a un domicilio de la colonia irregular Los Laureles ubicado en la Región 235; en ese instante, uno de ellos sacó un arma de fuego con el que le apuntó a dos personas que estaban sentadas afuera de la vivienda y les empezó a disparar; uno falleció en el lugar y al otro lo trasladaron al Hospital General. No hubo detenidos. Lo cierto que todos los días y a cualquier hora en la ciudad de Cancún, como es conocido a nivel nacional e internacional el municipio de Benito Juárez, ocurren una serie de hechos delictivos que el mismo gobierno permite bajo los acuerdos que existen en las corporaciones policiacas. En tres años, Carlos Joaquín González acabó con el estado en donde antes de que entrara a gobernar (2016), los quintanarroenses vivían en completa tranquilidad, había negocios por todos lados, por lo consiguiente empleos, empresarios no tenían la preocupación que delincuentes llegaran a cobrarle una cuota por derecho de piso.