Quintana Roo, 27 de junio del 2023.- No cabe duda, que ante el narco cualquier mando de alto rango, así sea los supuestos incorruptibles de las fuerzas castrenses, también se doblegan. Ayer lunes, el Gobierno del Estado dio a conocer lo que ya se veía llegar desde el mes de diciembre pasado; la renuncia obligatoria del fiscal general en Quintana Roo, Oscar Montes de Oca Rosales, pues había muchos reclamos y señalamientos en su contra, pero siempre fue protegido por el ex gobernador Carlos Joaquín González; diputados del Congreso del Estado; y la ahora presidenta municipal de Solidaridad, Lili Campos Miranda, quien fue la persona que lo trajo del Estado de México; sin embargo, lo que sorprendió es que de la mano también se fue el supuesto incorruptible marino Rubén Oyarvide Pedrero, secretario de Seguridad Ciudadana de quien ya se sabía, desde que estaba en la Secretaría Municipal de Seguridad Pública en Benito Juárez, era controlado por un jefe de plaza ligado al crimen organizado, aún así, los gobernantes siguieron creyendo en él, a raíz de que se daba golpe de pecho por el sólo hecho que pertenecía a la Secretaría de Marina. Dice el dicho: “no hay mentira que dure 100 años, ni mentiroso que lo aguante”, y es que la detención del sujeto Zuryzaday Villaseñor Méndez alias “Zury”, uno de los líderes de un grupo delictivo que opera en el Estado, vino a obligarlo a renunciar a su cargo, por no decir que lo cesaron, ya que en las entrevistas que le hicieron al ampón cuando cayó en manos de la justicia, vociferó de quienes eran sus aliados. Junto con Oyarvide Pedrero, también se fueron presuntamente los mandos: Eduardo Echeverría Lara, Carlos Lázaro Caraveo, y el director operativo Joaquín Morales; todos eran informante del crimen organizado. Todavía hace un par de años, los ciudadanos quintanarroenses confiaban en los elementos de la Secretaría de Marina, pues su presencia en la Policía Municipal de cualquier municipio, en lo particular la Zona Norte, traería más tranquilidad y seguridad; sin embargo, no fue buena idea traer mandos de algo rango a esta corporación de la Policía, el cual está más podrida que una fruta caída de un árbol y un mes en el suelo, ya que el cese de Rubén Oyarvide puso un ejemplo más, de cómo elementos de la Marina son parte de la protección al narco. En las calles, se observa de cómo estos elementos en complicidad con municipales ya se le ponen al ciudadano por el sólo hecho de no dejarse extorsionar, hablamos de los conductores a quienes les piden licencia de conducir y tarjeta de circulación bajo el argumento de que es un operativo de revisión y prevención; además de que le toman foto, en tanto, en zona de playas protegen a los vendedores de droga y muchas cosas más que se ven. Hoy en día un elemento de la Marina ya no es confiable y es catalogado un policía municipal más en la ciudad.
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