A cuatro meses que nombraron encargado del despacho de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública en Quintana Roo, Lucio Hernández Gutiérrez no ha sido ratificado a raíz que el supuesto “extitular” Jesús Alberto Capella Ibarra, todavía tiene el control de la Policía bajo el cobijo del gobernador Carlos Manuel Joaquín González.
La noche del nueve de noviembre de 2020, un sin número de manifestantes se atrincheraron en la explanada de la Reforma frente al Ayuntamiento de Benito Juárez, reclamando por los casos de feminicidio.
Dentro de su inconformidad, estaban ocasionando desmanes y dañando algunos el edificio del Palacio Municipal; sin embargo, repentinamente llegaron policías municipales encabezados por el titular Eduardo Santamaría Chávez, y sin aplicar los protocolos empezaron a disparar en contra de los manifestantes y de paso a los reporteros que cubrían la manifestación; el resultado fue de dos comunicadores baleados: Cecilia Solís y Roberto Becerril, y un civil, además de golpeados y mujeres toqueteadas de sus partes íntimas.
La orden según comentaron los policías vino del responsable del Mando Único, Alberto Capella Ibarra, de disparar en contra de las personas con la finalidad de “reventar” al gobierno municipal y sacarle provecho en las próximas elecciones a la alcaldía, pues de esta forma tacharían de represora a la presidenta.
Ante estos hechos, el 12 de noviembre (dos días después), supuestamente hicieron renunciar a Capella Ibarra, y el gobernador Carlos Joaquín nombró encargado del despacho a Lucio Hernández Gutiérrez, casualmente brazo derecho de este mal llamado jefe policiaco procedente de Tijuana.
Cuatro meses de su nombramiento y Lucio Hernández no ha sido ratificado; la explicación y el motivo es claro, Capella Ibarra sigue siendo el titular de la Policía y tiene el nombramiento como tal, ya que gobernador Carlos Joaquín o su vocero jamás presentaron el documento donde supuestamente renunciaba al cargo, solo fueron las palabras del ejecutivo que a estas alturas se considera el gobernador más mentiroso que ha tenido Quintana Roo y que ha introducido foráneos a gobernar el estado.
El caso que a cuatro meses de este lamentable hecho que jamás había pasado en Quintana Roo, hoy gozan de impunidad y libertad los responsables: Alberto Capella Ibarra y Eduardo Santamaría Chávez, escondidos en Tijuana, en tanto el gobernador se mantiene callado debido a que parte de la responsabilidad le recae por solapar a un funcionario que llegó a Quintana Roo a delinquir.
