Cancún, Q. Roo, 8 de agosto de 2023.- Desde meses atrás, los representantes o gerentes de las tiendas Chedraui en este municipio de Benito Juárez, han pisoteado a sus propios clientes sin que la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) interviniera, ya que los acondicionan con los carritos de compra y todavía tienen que soportan los robos que les hacen con sus precios.
De acuerdo con los comentarios que nos hicieron llegar algunos padres de familia y que posteriormente lo documentamos, acudimos a la tienda Chedraui que está en la plaza “Mundo Maya” ubicado en la Región 97 sobre la avenida José López Portillo.
El problema que existe en dicha tienda y todas las cadenas, que después de pagar los clientes en alguna caja registradora, quienes llevan un número de mercancía considerable en un carrito, a unos metros de la entrada, es decir, dentro de la misma plaza, los empleados de seguridad los intervienen y las obligan a que saquen su mercancía o de lo contrario les exigen su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) donde prácticamente están invadiendo sus datos generales.
Chedraui es la única tienda comercial de todas de otras empresas que existen, que les pone condiciones a sus clientes, pues un calvario llevar toda su mercancía a su vehículo o a la parada de autobuses; hablamos de las personas que hacen su despensa en este centro comercial de autoservicio.
La prueba es que Soriana, Walmart, Bodega Aurrera, Sams, Cosco, entre otras más, les permiten a sus clientes que lleven su mercancía en el carrito hasta su vehículo sin ponerles un “pero”, y esta gandaya empresa Chedraui les pone condiciones a sus clientes, todavía que le hacen el favor de acudir a comprarles.
Sin embargo, no es el único problema, sino que sus precios están cambiados y el cliente cuando hace valer el que está a la vista, al momento de llegar a una caja registradora la empleada se molesta y no quiere respetar el primer costo.
Nos tocó la suerte de que fuimos testigo en la tienda Chedraui ya mencionada, el viacrucis que pasó una ama de casa, ya que uno de los productos tenía a la vista el precio de 11.90 pesos, y al llegar a la caja registradora pasaba en 21.50; había una diferencia de casi nueve pesos. La cliente esperó 19 minutos para que le respetaran el precio, porque la única persona que podía autorizar el primer precio era el gerente de la tienda y este nunca llego. Ojala que la Profeco haga su trabajo como debería de ser y acuda a esta tienda para que vea de cómo pasan un calvario los clientes.
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