Mientras que diputados, senadores, políticos, empresarios y otras personas creen en el gobernador Carlos Joaquín González, la realidad de lo que pasa en Quintana Roo es otra y este miércoles quedó demostrado un caso más, en el que su secretario de Seguridad Pública y mal llamado responsable del “Mando Único”, Jesús Alberto Capella Ibarra, es cabecilla de grupos delincuenciales o al menos le brinda protección. La mañana de este miércoles, dos elementos de la Policía Estatal identificados con los nombres de Armando y Eduardo, quienes según son parte del grupo de inteligencia de Capella Ibarra, fueron detenidos en la Región 218 por policías municipales de Benito Juárez, luego de haber cometido un robo con violencia. En la información que se generó entre los mismos policías municipales, es que un radio operador de la línea de emergencia 911 recibió una llamada de auxilio sobre un robo con violencia, en un negocio de reparación y venta de mofles ubicado en la Región 100. Al tener conocimiento los elementos municipales, acudieron a la citada dirección donde se entrevistaron con las víctimas; ellos dijeron que dos sujetos con arma de fuego los amenazaron y se llevaron según poco más de 90 mil pesos, teléfonos celulares, entre otros objetos de valor. Gracias a la tecnología, mediante un GPS de un equipo celular que se llevaron, se logró detectar el camino que seguían los delincuentes y fueron acorralados en la Región 218. Una vez detenidos, resultó de que eran policías estatales al servicio del propio titular de la Policía Estatal, Jesús Alberto Capella Ibarra, por lo que enseguida los llevaron a las instalaciones de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública donde se supo que sus mismos compañeros intentaron rescatarlos por órdenes del delincuente mayor responsable del “Mando Único”. Los polidelincuentes utilizaron sus armas de cargo para cometer el ilícito y hasta un vehículo oficial del Gobierno del Estado. Con este hecho queda demostrado que si existen policías tanto municipales, estatales y ministeriales delinquiendo como bien: extorsiones, robos con violencia y de protección y “sapos” a la delincuencia organizada. En lo que respecta a Capella Ibarra, claro que forma parte del narcotráfico y hasta cabecilla de alguna organización podría ser, además de la comunicación que tiene con los jefe de plaza, solo hay que recordar cuando ejecutaron al policía estatal dentro de una patrulla estacionada frente a una tienda Oxxo, en Cancún, en cinco minutos este funcionario y brazo derecho del gobernador, ya sabía quién era el sicario y a qué grupo pertenecía, aún cuando las pésimas cámaras de video vigilancia ni siquiera detectaron una grabación nitidez.