A casi cuatro meses que se activó la alerta en Quintana Roo por la pandemia de Covid-19, de la noche a la mañana aparecieron menores entre cinco y nueve años, vendiendo productos como bien puede ser bebidas, dulces o algún producto, en diferentes avenidas de este municipio de Benito Juárez, por lo que son utilizados por sus padres sin que la autoridad municipal o la Fiscalía General del Estado intervenga, aún cuando bien sabemos que se trata de explotación infantil. En Cancún, siempre se ha visto menores de edad, ya sea vendiendo cualquier cosa o mendingando, pero de una semana a la fecha aparecieron en varios cruces de avenidas, por mencionar: José López Portillo y Kabah, ahí dos pequeñas; Leona Vicario y Kabah, un pequeño de seis años; Xcaret y Yaxchilán, dos pequeños; y finalmente en Xcaret y La Costa, un pequeño de escasos seis años, casualmente frente a donde se encuentra el edificio de La Secretaría Municipal de Seguridad y Tránsito, y a menos de 100 metros de la Fiscalía General del Estado. Mientras que estos pequeños se encuentran exponiendo su integridad física en las calles al caminar entre los vehículos, sus padres permanecen escondidos a una distancia donde no puedan ser detectados y señalados de explotación infantil. De acuerdo al significado de “Explotación Infantil”, esto se puede definir como el trabajo que realizan los niños en el marco del sistema de producción, por lo que tal vez no lo consideren delito como el de corrupción de menores. La idea de poner a vender a los menores, es con la finalidad de que le compren su producto o le regalen una moneda, ya que es más fácil que cualquier conductor lo haga por ser menores de edad, que a un adulto, pero lo triste que este dinero termina siempre en manos de sus papás. Estos padres de familia o mafia, saben bien de cómo acomodar a los pequeños para que no sean señalarlos de corrupción de menores, pues con el hecho de ofrecer algún producto, ya no andan mendingando.
Hay que recordar, a mediados del 2018, la Fiscal en ese entonces de la Mujer, Guadalupe Reyes Pinzón, organizó un mega operativo para detener a una mujer y sus dos pequeños de origen chiapanecos, y después emitió esta autoridad un boletín señalando que estaban combatiendo la corrupción de menores en las calles; sin embargo, eso únicamente fue "circo, maroma y teatro", ya que jamás volvieron hacer este tipo de trabajo.
