La Fiscalía General de Quintana Roo ha servido de complicidad y protectora en los delitos que cometen los elementos de la Policía Municipal y Ministerial, en lo particular en el municipio de Benito Juárez, ya que a pesar de que son denunciados ante el Ministerio Público, estos gozan de impunidad a raíz que nunca avanza. Desde hace casi cuatro años, “se dispararon” los abusos de algunos uniformados en contra de ciudadanos benitojuarenses y de turistas, ya que bajo el argumento de “una inspección preventiva”, paraban a cualquier persona que vieran caminando para robarles parte del dinero que llevaban en la bolsa, en lo especial a trabajadores obreros. Otro de los abusos es la detención de vehículos de modelo atrasado para una revisión de documentos, ya que normalmente son los que carecen del pago de tenencia actual. Dentro de estas inspecciones, les quitan alguna cantidad de dinero bajo intimidaciones, de lo contrario si se oponen hasta los detienen bajo cualquier motivo; es ahí donde algunas personas los denuncian por abuso de autoridad y hasta lesiones. Sin embargo, ante el ministerio público la denuncia no avanza y después de una serie de obstáculo a la víctima, mejor opta por abandonar el caso. Por eso que hoy en día gozan de impunidad los policías que comenten una serie de abusos, a raíz que desde hace cuatro años a la fecha, los únicos uniformados que fueron a parar a la cárcel son los que agredieron al en ese entonces secretario de Seguridad Pública Municipal en Benito Juárez, Jesús Pérez Abarca. Uno de tantos casos de abuso de autoridad denunciado fue de tres policías (un hombres y dos mujeres), quienes en febrero del 2016, detuvieron y golpearon a un menor de 15 años, por el solo hecho que tomó una fotografía frente al mercado “El Parian”, cuando se encontraban revisando a unas personas. El agraviado fue despojado de su teléfono, lo esposaron y subieron a golpes a la patrulla, y todavía le dijeron que lo iban a tirar al área verde. Así como este caso existen muchos que la Fiscalía General del Estado protege, sólo por mencionar el de los dos ministeriales que fueron parte del robo que sufrió un empresario y ellos argumentaron que les robaron sus armas o los dos municipales que insultaron con palabras altisonantes a turistas que iban caminando bajo el estado etílico.