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Ezequiel Roldán, juez Penal violador de las leyes y cómplice de las injusticias; emite documentos fa

Es una desgracia lo que ocurre con las autoridades encargadas de procurar la justicia o juzgar en Quintana Roo, por ejemplo: el juez Primero Penal B, Ezequiel Roldán Martín, quien sus errores en los expedientes los arregla en cuestión de segundos y después de dos años, por lo que gracias a eso mantiene en la cárcel a gente inocente. Dicho juez quien desempeña según su labor de juzgador en el municipio de Benito Juárez, el 25 de abril de 2017, derivado de la causa penal 107/2015 giró una orden de aprehensión en contra de Amos Benoni Guzmán Martínez, por el delito de violación. Este documento, de entrada no estaba firmada por el juez Ezequiel Roldán Martín, donde ordenaba o al menos tenía conocimiento, además, a la persona que aprehendieron tiene los apellidos Martínez Guzmán y no Guzmán Martínez. De esta manera, sin firma y cambiado los apellidos del supuesto imputado, la Policía Ministerial cumplió la orden el 18 de octubre de 2019, en contra de quien dijo llamarse Amos Benoni Martínez Guzmán. Sin embargo, a más de dos años de la detención y una vez que publicamos esta irregularidad hace una semana, Ezequiel Roldán Martín se le hizo fácil firmar a penas el oficio de la orden de aprehensión que emitió el 25 de abril de 2017, debajo de su nombre y no arriba del mismo como en la mayoría de los casos; además, ahora aparece el documento marcado con un crayón color rojo y la firma plasmada está dudosa; de acuerdo a los rasgos que encontró un perito especialista. En este mismo expediente, también obra una firma y declaración falsa realizada por la Fiscalía para la Mujer, en lo particular la responsable Guadalupe Reyes Pinzón, ex fiscal de esta instancia, ya que la persona que había denunciado el hecho y al final firmó, aparece en la ampliación de declaración arriba de su nombre otra firma que no coincide con la inicial. A pesar de estas irregularidades, el mismo juez Primero Penal B, Ezequiel Roldán, para evitar cualquier responsabilidad en su contra o “lavarse las manos”, sentenció al imputado por 30 años de cárcel hace un par de semanas. Sin embargo, no lo es todo, pues casualmente otras de las irregularidades es que en ese mismo oficio de aprehensión aparece con sello de “Subprocuraduría de Justicia en el Estado”, aún cuando el juez más que nadie sabe que en el 2017 ya era Fiscalía General del Estado; en pocas palabras, todo está manipulado.


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