Una mafia de poder representan todos los directores de las Policías quienes desprenden del gobierno de Quintana Roo, incluyendo la Fiscalía General del Estado, el cual, a pesar de ser autónoma, es manipulada por el gobernador Carlos Joaquín González. Para ser más claro, el Mando Único está bajo las ordenes del secretario Estatal de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, por lo consiguiente, casi todos los secretarios municipales de Seguridad Pública en Quintana Roo están controlados por él; por mencionar Benito Juárez, donde se encuentra al frente una persona traída del mismo estado donde viene; se trata de Eduardo Santamaría Chávez. A ellos, se les une la Fiscalía General del Estado, es decir, el fiscal general Oscar Montes de Oca Rosales; también controlado y puesto por el gobernador Carlos Joaquín, y este funcionario trajo a su gente del Estado de México; uno de ellos es el director general de la Policía Ministerial, Belisario Marín Salvatii. En pocas palabras, todos están conectados al mismo sistema de impunidad. Más claro, la tarde del domingo fue sometido de manera violenta un agente ministerial por policías municipales de Benito Juárez, cuando iba con su familia a bordo de un vehículo tipo Jetta sobre la avenida 20 de Noviembre. La excusa de los uniformados, porque se toparon el automóvil que les pareció sospechoso. A través de unos videos, se observa la forma arbitraria que actuaron los policías municipales en contra de una familia, inclusive se ve cuando uniformados patean y le brincan encima a una persona adulta mayor, al momento que la tiran al suelo. Ante este abuso de autoridad, el ministerial decidió denunciarlos ante el Ministerio Público; unos de los agresores que identificó se llaman Celso Nau Bernal Cano, Kevin Román Ixté, y Cristina Chan Coral. Sin embargo, a tres días de su denuncia, lo mandaron a llamar en la Dirección General de corporación a la que pertenece, y su mismo jefe, Belisario Marín Salvatii, le argumentó que para mayor seguridad se iba de cambio a la Zona Sur del Estado, es decir, en pocas palabras en represalias por denunciar a los policías y un trato por debajo del agua entre él y el titular de la Policía Municipal, Eduardo Santamaria Chávez.
