Por primera vez en una entrevista, el secretario Estatal de Seguridad Pública en Quintana Roo, Jesús Alberto Capella Ibarra, dijo la verdad al señalar que en este sexenio de Carlos Joaquín González, no se combatirá la delincuencia organiza, pues este funcionario se dio cuenta que la inseguridad está por encima de todas las autoridades de los tres niveles de gobierno, ante un posible acuerdo que viene arrastrando con la mafia. Desde el 2016 que inició su gobierno Carlos Joaquín González, la Zona Norte de Quintana Roo ha sido blanco de la delincuencia en todas sus modalidades; lo peor, el mandatario quiere atacarlo con discursos en materia de seguridad, manifestando jugosas inversiones económicas; como por ejemplo, las patrullas nuevas, instalación de sus dichosas cámaras de video vigilancia de “tecnología de punta”, y lo más reciente, la caseta de seguridad a unos kilómetros de la entrada al estado. Sin embargo, no hay resultados positivos durante todo su gobierno y hoy en día los quintanarroenses viven una pesadilla todo por la ola de violencia e inseguridad, el cual se lleva de corbata a los empresarios. La Zona Norte del estado que comprende de Tulum a Cancún, ha sido el blanco de las mafias. Con respecto a las ejecuciones, del sábado pasado al lunes, es decir en tres días, en Benito Juárez dos baleados y dos ejecutados en el fraccionamiento Villas Otoch Paraíso; otro más en el estacionamiento de Chedraui de la Región 218. En Solidaridad, un comandante de la Policía ejecutado y de paso balearon a su esposa; un cuerpo descuartizado y luego apareció una mano, debajo del puente en el fraccionamiento Villas del Sol; en la Guadalupana un ejecutado; en tanto en Tulum, dos baleados y un ejecutado; entre otros casos más. Hasta el momento Cancún registra en sus estadísticas alrededor de 90 ejecutados, en 64 días que han transcurrido del año, mientras que Playa del Carmen poco más de 40 casos, y cinco en Tulum; en decir, 135 ejecuciones aproximadamente en la Zona Norte, sin contar los desaparecidos. A pesar de esa horrible cifra y además, los más de mil casos entre 2016-2017, el gobernador Carlos Joaquín se la lleva con puro discursos en materia de seguridad, pero aquí las palabras se las lleva el viento, se requiere de actuar de manera urgente entre los tres niveles de gobierno.