Más que una reunión entre representantes de los tres niveles de gobierno para fortalecer la estrategia de seguridad en Cancún, fue una charla entre cuates y tomarse la foto del recuerdo para demostrar a la sociedad quintanarroense la coordinación que mantienen en el combate a la delincuencia. El miércoles pasado, luego de más de mil ejecuciones en lo que va del gobierno del estado y el asesinato de un empresario al salir de una sucursal bancaria, en pleno centro de la ciudad de Cancún, decidieron todos los representantes de los tres niveles de gobierno reunirse en Cancún, encabezado por el gobernador Carlos Joaquín González. En el encuentro había hasta quienes no deberían de estar por su nulo trabajo; hablamos por ejemplo de Antonio Ruiz León, presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado, quien es uno de los responsables que delincuentes estén en la calle por permitir la corrupción de sus jueces, entre otros personajes “hipócritas” en la impartición de justicia y puesto por el propio mandatario. Sabemos que la delincuencia organizada “los mantiene pisoteados”, tan es así, que a dos días de su dichoso encuentro, sicarios ejecutaron a cinco personas y cinco más quedaron lesionadas, dentro del bar denominado “La Kuka”; además que todos los días hay dos asesinatos a partir de ese día. Lo cierto que todos estos hipócritas de la impartición de justicia se juntaron para tomarse la foto del recuerdo y hacerle creer a los quintanarroenses que están trabajando en coordinación, aún cuando se dice y se rumora que el crimen organizado tiene comprado a todos ellos, pues el resultado es claro de su pésimo trabajo: no hay combate a la delincuente. Solo en la administración de Carlos Joaquín González, se han registrado más de mil ejecuciones en el estado; un sin número de jovencitas desaparecidas; extorsiones a empresarios al grado que han tenido que cerrar sus negocios, en tanto otros prefirieron vivir como en la cárcel con su establecimiento lleno de herrería. Esto es claro; son estos funcionarios que tienen a Cancún así por su complicidad y compromiso con la delincuencia organizada, bajo el conocimiento del propio gobernador Carlos Joaquín González.
