A mediados del mes de Noviembre pasado, el presidente municipal de Benito Juárez, Remberto Estrada Barba, en compañía de representantes del gobierno del estado y federal, realizó un recorrido en el interior de las instalaciones del C-2, donde la Policía Municipal cuenta con una base de datos, y lo principal, monitorean las cámaras de video vigilancia de la ciudad, las cuales se pudo apreciar un sin número de ellas, además de anunciar una inversión bastante productiva para la seguridad. Desde hace meses, policías municipales, estatales, federales, marinos y militares, instalan retenes o puestos de revisión en lugares estratégicos de la ciudad, con la finalidad de “aprehender grupos delictivos” que están desplazándose en el municipio, y a cualquier hora comenten una ejecución, un atentado u otro tipo de ilícito. En estas revisiones de documentos, todos los policías de los tres niveles de gobierno que participan, “ya conocen el método”, lo primero que le piden al conductor es licencia y tarjeta de circulación, y de ahí empiezan a envolver al ciudadano. Lo primero que deben de hacer al momento de parar un vehículo es inspeccionar el interior del auto, y aunque estén fuera de la ley pero sería por el bien de la comunidad, una revisión al conductor y solicitarle cualquier identificación; sin embargo, a lo primero que se van es licencia y tarjeta, por aquello que los traigan vencidos. El caso es que ni uno ni otro ha dado resultado, hablamos de las cámaras de video vigilancia y sus dichosos show de operativos, que es con la finalidad que los ciudadanos vean que están trabajando, aun cuando se sabe que policías están brindando protección a la delincuencia. El caso es que una vez más quedó demostrado, luego que la madrugada de este jueves, la delincuencia organizada les dejó un cuerpo en condiciones alarmante; decapitado, la cabeza entre las piernas, y le arrancaron el cuero cabelludo y la piel facial. Asimismo, una manta con palabras dirigidas al director de la Policía Municipal, Víctor Manuel Hernández Oliva, a quien vinculan en la protección a un grupo del narcotráfico. El cuerpo estaba recargado sobre una malla que rodea el parque “Kabah”, sobre la avenida Nichupte a un costado del cárcamo de agua, es decir en una arteria muy transitada.