A pesar que el gobierno municipal y el gobierno del estado intentan esconder la realidad de lo que está sufriendo Cancún con tanta violencia, y que en otras administraciones no se dieron, hoy en día la dirigente del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Benito Juárez, Delia Alvarado, se encuentra “en el ojo” de la delincuencia, al grado que de manera urgente el presidente municipal, Remberto Estrada Barba, le asignó escoltas para proteger su integridad física. La madrugada de este miércoles, dos agremiados sindicales de confianza de Delia Alvarado, a quienes comisionó de veladores en el edificio del Sindicato, fueron baleados en la caseta de seguridad, al grado que los médicos del Hospital General luchan para salvarles la vida. El reporte de la autoridad ministerial es que uno recibió tres disparos: tórax, espalda y costado; el otro en tórax y espalda. Asimismo, en la entrada del edificio ubicado sobre la avenida Leona Vicario a la altura del fraccionamiento Haciendas Real del Caribe, se encontraron siete casquillos calibre 9 milímetros, y una ojiva amorfa. Los policías ministeriales realizaron una inspección en el lugar y no encontraron huellas que hayan intentado violentar el edificio, es decir los gatilleros fueron directo a los empleados, aunque dijeron que quisieron llevarse el cajero que existe en el interior. Una semana antes, la dirigente del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento, sufrió un cuantioso robo dentro de su rancho ubicado en el ejido Francisco May, de donde se sabe se llevaron presuntamente equipo de cómputo, electrónico, joyas, y dinero en efectivo, pero según no presentó su denuncia porque tenía que comprobar el monto. De acuerdo a lo que nos han informado, aunque nadie lo ha confirmado, cabe la posibilidad que Delia Alvarado está siendo extorsionada por la delincuencia, tan es así, que enseguida le asignaron escoltas para proteger su seguridad, sin embargo como no accede, ya fue víctima de un robo y dos de sus trabajadores de confianza fueron baleados. La dirigente tiene paralizado en cuestiones de labores a su gente de confianza, a quienes le tiene ordenado que no digan nada y den alguna entrevista o hagan comentarios.
