Mientras que la presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Elvia Barba de Estrada, y el director de Comercio en Vía Pública, Cristina Solórzano Amezcua, obtienen productivo sueldo quincenal de salario sólo por mantenerse atrás de un escritorio, turistas que radican en la Zona Hotelera se llevan a su lugar de origen una mala impresión de la pobreza que representa en dicho lugar, debido a que indigentes andan mendigando un plato de comida o las conocidas “chiapitas” que piden caridad utilizando a sus pequeños hijos. Por mencionar la noche de ayer domingo, un sujeto sin camisa y pantalón hasta la cadera (indigente), en estado de ebriedad caminaba entre los pasillos de los negocios que se encuentran ubicados sobre el boulevard Kukulcan entre el mercado de artesanías Coral Negro y el callejón de Los Milagros, en la Zona Hotelera, pidiendo comida a los turistas que estaban cenando en alguno de esos establecimientos, incluso una pareja se tuvo que levantar porque de plano este se sentó en la misma mesa; mientras que otros dejaron de comer los hot-dog para dárselo. El caso que no era uno sino dos sujetos y los paseantes de plano no disfrutaron de su cena. Otro de los casos son las mujeres de origen chiapaneco, quienes pagan a través de un líder la cantidad de 500 pesos semanales a la Dirección de Comercio en Vía Pública, para que durante el atardecer hasta la madrugada puedan vender su producto en los alrededores de las discotecas, lo peor que utilizan a sus pequeños de escasos cinco años para eso, es decir, que son ellos los que ofrecen la mercancía a los turistas para causar lastima. Al menos en Zona Hotelera se desplazan 20 mujeres, el cual aportan a la semana a Cristian Solórzano Amezcua a través de su inspector, alrededor de 10 mil semanales. Otro de estos casos de menores se da todas las noches en la avenida Tulum y Francisco I. Madero, en contra esquina de Elektra, donde un pequeño de nombre Jorge de nueve años se pone a vender dulces después de las ocho de la noche. La responsable de evitar que pequeños expongan su integridad física, es el DIF a cargo de Elvia Barba de Estrada, pero a la señora es raro observarla desempeñando su trabajo, ni siquiera se le ve en las quincenas porque le depositan a su cuenta el jugoso sueldo, a raíz que es mamá del presidente municipal, Remberto Estrada Barba.