Día con día el ciudadano se encuentra desprotegido por todos lados por la misma autoridad de los tres niveles de gobierno; una de ellas la Procuraduría Federal del Consumidor, quien siempre dice estar del lado de los consumidores pero no es así; dice el dicho que “con dinero baila el perro”. El pasado fin de semana un ciudadano se presentó ante las oficinas para presentar una queja en contra de la Comisión Federal de Electricidad, que como es costumbre los últimos dos meses de año, el recibo de energía eléctrica llega a los hogares el doble o hasta el triple del costo. El ciudadano a quien le omitimos su nombre, durante el año le llegó el recibo entre 600 y 700 pesos; de repente en octubre, el cobro subió a mil 442 pesos, aún teniendo los mismos aparatos y el consumo de energía eléctrica. Las cosas no quedaron allí, en noviembre aumentó a dos mil 33 pesos; esto ocasionó que acudiera a la Profeco para asesorarse y de ser posible presentar su queja. Sin embargo, se llevó tremenda sorpresa el consumidor, ya que la persona que lo asesoraría era un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad, a quien la dependencia supuesta defensora de los altos cobros o irregularidades, le tiene puesto una oficina especial. El caso es que dicha persona siempre estuvo de parte de la CFE y le dio vueltas al problema haciéndole ver al ciudadano que estaba bien el cobro que le hacían, incluso según él, durante el año el gobierno federal le subsidió 900 pesos. Lamentablemente siempre pasarán estas irregularidades mientras el delegado de la Profeco, en este caso José Gamaliel Canto Cambranis, esté vendido con las diferentes empresas y paraestatales; una de ellas “Grupo Autofin Monterrey”, ya que después que presentaron su queja un grupo de personas por ser víctimas de fraude, a escasos minutos llegó el gerente de nombre Manuel Pacheco, para comentarle la situación; claro, el representante de la autoridad lo negó y hasta lo defendió. Esto nos consta mediante una grabación que tenemos en nuestro poder y que publicaremos.
