A pesar del cuantioso robo que cometieron en meses pasados dos empleadas del Ayuntamiento del área de Operadora y Administradora de Bienes Municipales mejor conocidas como OPABIEM, bajo la complicidad del director único; el conocimiento de Paúl Carrillo de Cáceres, además de policías ministeriales, a ninguno de ellos se le aplicó la justicia. La mañana del lunes 16 de mayo del 2016, la empleada municipal Pilar Caamal Un, reportó a la línea de emergencia que había sido víctima de un robo con violencia dentro de las oficinas de la funeraria municipal ubicada en la Supermanzana 64. Los primeros en llegar fueron policías municipales y paramédicos de la Cruz Roja, después Policías Ministeriales. La empleada presentaba heridas en brazos y abdomen, además de su blusa desgarrada; el monto de lo que habían llevado se dice de 600 mil pesos, aunque posteriormente mencionaron un millón, de acuerdo a las facturas que no emitieron de tres meses. Al lugar llegaron responsables de la oficina como la administradora Marina Solano Silva; la encargada de la funeraria, Irma Millán Hernández; el director único, Julio Cesar Martínez Cuesta, entre otros empleados de confianza. Debido a que existen cámaras de vigilancia en dichas oficinas, los policías ministeriales cuestionaron a la empleada Pilar Caamal sobre el funcionamiento, el cual contestó que los delincuentes cortaron la energía eléctrica.
DESCUBREN AUTOROBO Sin embargo, no contaba que tenía un centro de carga y las cámaras continuaron grabando, fue que con ayuda de un técnico las reactivaron, y ahí descubrieron que se trató de un autorobo, ya que en las imágenes se aprecia que Pilar con ayuda de Irma Millán, se corta con un cúter y la ayuda a desgarrarse la blusa, inclusive puso en el escritorio unos lentes simulando que era de uno de los delincuentes, y luego sale de la oficina con el dinero en la mano, en tanto la lesionada cayó en crisis cuando descubrieron la farsa del robo. Luego del interrogatorio la trasladó al Hospital General la Cruz Roja pero ese reporte no aparece. Los policías ministeriales en ese momento se hicieron cargo del caso, y durante tres días trajeron a Pilar Caamal bajo investigación; se dice que para evadir la justicia les dio alrededor de 100 mil pesos a los corruptos policías, además de aparatos electrodomésticos que sacaron de su casa. El autorobo no salió a la luz pública por instrucciones del presidente Paúl Carrillo de Cáceres, ya que también estaba involucrado su amigo personal, el director único, Mariana Solano, Irma Millán, inclusive nunca presentaron la denuncia y sólo cambiaron a las empleadas involucradas. Éste ilícito se acordó cometerlo a raíz que durante tres meses no emitieron facturas de los trámites que se hacían en los panteones y la funeraria, ya que mensual se maneja más de 600 mil pesos.